En Alangasí y la Merced, dos poblados ubicados en la zona rural de la ciudad de Quito, nace una nueva forma de entender a lo sagrado.

 

Cada “semana mayor” los demonios entran a la iglesia y acompañan con su presencia a todas las personas y espacios que participan del ritual cristiano.

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Ellos complementan ese lado oscuro y satírico que construye al ser humano, creando un conjunto único al representar tanto el bien como el mal.

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Los “Diablos de Alangasí y la Merced”, nacen como una forma de apropiamiento simbólico de la tradición formada por sus propios pobladores. En este recorrido visual les hacemos un homenaje.